Antiarrítmicos
Los antiarrítmicos se utilizan para tratar las alteraciones del ritmo cardíaco denominadas arritmias y para aliviar los síntomas relacionados con ellas. Los síntomas más comunes de arritmia son las palpitaciones cardíacas, los latidos irregulares, los latidos rápidos, la desorientación, los mareos, el dolor en el pecho y la falta de aliento.
os latidos irregulares pueden deberse a un defecto congénito (de nacimiento) o pueden producirse si parte del tejido muscular cardíaco (miocardio) se irrita o daña, dando lugar a una perturbación o «cortocircuito» del sistema eléctrico del corazón. Los antiarrítmicos actúan de diferentes maneras para retardar los impulsos eléctricos del corazón a fin de normalizar su ritmo.
Los antiarrítmicos se dividen en cuatro categorías:
· Clase I: Los antiarrítmicos clase I son bloqueantes sódicos (o bloqueantes de los canales de sodio) que retardan la conducción eléctrica del corazón. Ejemplos de antiarrítmicos clase I: quinidina, procainamida, disopiramida, flecainida, propafenona, tocainida y mexiletina.
· Clase II: Los antiarrítmicos clase II son betabloqueantes que bloquean los impulsos que pueden producir un ritmo cardíaco irregular y obstaculizan las influencias hormonales (p. ej. de la adrenalina) en las células del corazón. Al hacerlo, también reducen la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Ejemplos de antiarrítmicos clase II: propanolol, metoprolol y atenolol.
· Clase III: Los antiarrítmicos clase III retardan los impulsos eléctricos del corazón bloqueando los canales de potasio del corazón. Ejemplos de antiarrítmicos clase III: amiodarona, sotalol y dofetilida.
· Clase IV: Los antiarrítmicos clase IV actúan como los antiarrítmicos clase II pero bloquean los canales de calcio del corazón. Ejemplos de antiarrítmicos clase IV: diltiazem y verapamilo.
La digoxina es otro ejemplo de un medicamento que puede utilizarse como antiarrítmico, aunque no esté incluido en las categorías precedentes.
Como cada tipo de antiarrítmico actúa de manera levemente diferente, no hay un único medicamento para tratar cada tipo diferente de arritmia. A veces un antiarrítmico puede causar más arritmias o agravarlas (lo que se denomina «proarritmia»). Encontrar el medicamento más eficaz para un paciente determinado requiere una colaboración estrecha entre médico y paciente, y probar diferentes tipos de antiarrítmicos. Algunos pacientes podrían necesitar más supervisión que otros o estudios adicionales, ya sea un estudio Holter o estudios electrofisiológicos (EEF), que además pueden ayudar a los médicos a determinar con mayor precisión qué tipo de antiarrítmico sería más eficaz.
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