martes, 29 de noviembre de 2016

ARTRITIS REUMATOIDE
 La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, es una forma común de artritis que causa inflamación en el revestimiento de las articulaciones, causando calor, reducción en el rango de movimiento, hinchazón y dolor en la articulación. La AR tiende a persistir durante muchos años, suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo y puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones.

Una manera de distinguir la AR de otros tipos de artritis es por el patrón de las articulaciones afectadas
 La causa de la AR se desconoce.
 Una posibilidad es la infección persistente de las estructuras articulares o la retención de los productos microbianos en los tejidos sinoviales, que genera una respuesta inflamatoria crónica.
 En la artritis reumatoide, la sinovial se inflama y produce un exceso de fluidos, luego el cartílago se vuelve tieso y agujereado
Las manifestaciones de la AR se inician con la localización de los leucocitos en el liquido sinovial, que cuando son activados producen el dolor y la inflamación. Estos  linfocitos producen mediadores proteicos (citoquinas) que inician la inflamación, atraen otras células inmunológicas al sitio, activan células resistentes y causan un exceso en la producción del liquido sinovial.

Diagnostico

 No hay un examen que pueda determinar con certeza si tiene o no AR.
 Dos pruebas de laboratorio que a menudo ayudan en el diagnóstico son:
Factor reumatoideo: un análisis de sangre que mide la cantidad de anticuerpo del factor reumatoideo en la sangre.
Anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados (anti-PCC)
Otros exámenes que se pueden hacer abarcan:
Conteo sanguíneo completo: Un hemograma o conteo sanguíneo completo (CSC) mide lo siguiente:
La cantidad de glóbulos rojos La cantidad de glóbulos blanco .
La cantidad total de hemoglobina en la sangre
La fracción de la sangre compuesta de glóbulos rojos.

TRATAMIENTO

 Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad.
El metotrexato (Rheumatrex) es el DMARD más comúnmente utilizado para la artritis reumatoidea. La leflunomida (Arava) y la hidroxicloroquina también se pueden utilizar.
La sulfasalazina es un antinflamatorio que a menudo se combina con metotrexato e hidroxicloroquina (terapia triple).
Estos fármacos pueden tener efectos secundarios serios, así que se necesitan exámenes de sangre frecuentes cuando los esté tomando.
 Medicamentos antinflamatorios: incluyen ácido acetilsalicílico (aspirin) y antinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno y naproxeno.
Corticosteroides: estos medicamentos funcionan bien para reducir la hinchazón e inflamación articular, pero pueden tener efectos secundarios a largo plazo. Por lo tanto, se deben tomar sólo por un corto tiempo y en dosis bajas cuando sea posible.
Agentes biológicos: estos fármacos están diseñados para afectar partes del sistema inmunitario que juegan un papel en el proceso patológico de la artritis reumatoidea.

 CIRUGÍA
 Se puede necesitar cirugía para corregir las articulaciones que sufrieron daño grave. La cirugía puede incluir:
 Extirpación del revestimiento articular (sinovectomía).
 Artroplastia total en casos extremos; puede incluir artroplastia total de rodilla, artroplastia de cadera, artroplastia del tobillo, artroplastia del hombro y otras.
 FISIOTERAPIA
 Los ejercicios de rango o amplitud de movimiento y los programas indicados por un fisioterapeuta pueden retardar la pérdida de la función articular y ayudar a mantener los músculos fuertes.

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